miércoles, 7 de septiembre de 2016

Memorias de un caballero errante

Contemplando las imágenes más puras que genera mi inconsciente, suponiendo que la realidad se convierte en fantasía; efectuando correcciones en mí pensar. Nada más lejano a la vida propia de un ser corriente.
He visto personas naufragar en sus motivos, llegando caóticamente a un fin para nada esperado; siguiendo sus meros instintos, embaucando hasta su propio corazón.
Todo se reduce a la manifestación inequívoca de la grandeza en primera persona; un “yo” que se antepone a todo lo que lo rodea.
No existen barreras ni obstáculos que antepongan la solicitud alucinante de un corazón desesperado; no hay absolutamente nada para solucionar el duro batallar de una mente sin conciencia. Sobrevalorado el temor insano a la extinción de la existencia misma
Siniestro el fuerte retumbar en mis oídos, el sonido tamboril de un acto africano; espantos en mis sueños y coherencia en mi despertar. Brillos tenues palidecen mi triste ofuscar.
Buscando una vía de escape para la impenetrable soledad, una pesquisa sobre los recuerdos más incorruptibles que atormentan el valor de nuestro despiadado corazón. Humanos somos los destructores de nuestra maquiavélica especie.
Un atisbo de esperanza surca el amanecer, algo a que aferrarse sin miedo a caer. No existen dudas ni un falso acontecer. No más caminos que tomar, solo la vía que este errante caballero llego a emprender.

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