Para estar sano hay que comer bien. Eso
significa comer todo tipo de alimentos y evitar los excesos. Vigile su consumo
de sal, grasas y azúcar. Incluya frutas y verduras en su dieta. Cuando compre
pan, cereales, pasta o arroz, lea las etiquetas y escoja los que sean
integrales, pues son más ricos en fibra y en nutrientes. En cuanto a las
proteínas, ya sea en carnes rojas o blancas, conviene comer porciones pequeñas
y sin grasa. Si es posible, incluya pescado un par de veces por semana. También
hay vegetales que son ricos en proteínas.
Si come mucha azúcar y demasiadas
grasas saturadas, tendrá sobrepeso. Beba agua en lugar de refrescos o gaseosas,
y en vez de postres o dulces, coma fruta. Reduzca el consumo de alimentos que
contienen grasas saturadas: salchichas, carnes, queso, galletas, etc.
Y cocine con aceites saludables, no con grasas saturadas, como la
mantequilla o la manteca.
Si usted es de los que consume mucha
sal, la presión sanguínea se le puede disparar. Así que en vez de sazonar con
sal, use especias y hierbas aromáticas. Además, en la etiqueta de los alimentos
envasados, podrá ver cuánta sal, o sodio, contienen.
No solo debemos controlar qué
comemos, sino cuánto comemos. Por más que le guste lo que esté comiendo,
deje de comer cuando ya no sienta hambre.
Los alimentos también pueden transmitir
enfermedades si no se preparan o guardan como es debido. En Estados
Unidos, 1 de cada 6 personas se intoxica por comer alimentos contaminados, y
aunque la mayoría se recupera, algunas mueren. ¿Cómo puede evitar intoxicarse?
• Como en ocasiones se utiliza estiércol
para abonar la tierra, siempre lave bien las verduras antes de prepararlas.
• Antes de empezar a cocinar, lávese las
manos con agua caliente y jabón. Haga lo mismo con los utensilios, los platos y
las superficies donde vaya a preparar los alimentos.
• Lave las superficies o los platos donde ha
puesto huevos, carne o pescado crudos antes de volver a utilizarlos. Así
evitará que las bacterias contaminen los alimentos listos para comer.
• Cocine bien los alimentos, es decir, hasta
que alcancen la temperatura adecuada. Si no va a consumirlos en el
momento, póngalos en el refrigerador cuanto antes.
• Deseche cualquier alimento que se haya
dejado a temperatura ambiente más de dos horas, o una hora si la temperatura
supera los 32°C.
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